No me la juego ni media. Desde el minuto uno el ritmo muy tranquilo. Si toca calentarse calienta, pero sin calentarse, eh. Llega el primer intervalo y aprieto a fuego con un ojo siempre puesto en el monitor (hay que aguantar en aeróbico, sin grandes alardes). Al final va a ser verdad que he domado a la patata. Entre serie y serie me acordaba de aquella primera sesión del desafío en la que el corazón hizo lo que le salio de las válvulas.
Lo que se agradece de verdad es que se hayan terminado las vacaciones (lo siento por los currantes), porque ya estaba un poco cansado de jugar al slalom en las salidas urbanas. Hoy casi casi paraje olímpico Las rectas para mi solas y un solazo de narices (la marca del reloj ya es una verdad a gritos). ¡Estoy moreno en Abril! La envidia de unas cuantas que yo me se.
Lo que se agradece de verdad es que se hayan terminado las vacaciones (lo siento por los currantes), porque ya estaba un poco cansado de jugar al slalom en las salidas urbanas. Hoy casi casi paraje olímpico Las rectas para mi solas y un solazo de narices (la marca del reloj ya es una verdad a gritos). ¡Estoy moreno en Abril! La envidia de unas cuantas que yo me se.
Si ayer os hablaba de Ann Trason, en el libro "Nacidos para correr" unas paginas después de lo que os contaba ayer el autor también habla de otro fenómeno, el checo Zatopek.
De la que lo iba leyendo me venia a la cabeza aquello de lo que habla de ciento en viento el bueno de Iker Martin (un gran blogero, no os perdáis sus crónicas: http://blogs.deia.com/corrernoesdecobardes/) del archiconocido "método soviético".
El amigo Zatopek era de estos fenómenos que no entendían aquello de correr lento para correr lejos. El decía aquello de "correr lento ya sé", así que todos los días a machete . En su debut en maratón el por aquel entonces líder de la prueba apretó muchísimo para poner en aprietos al checo. Zatopek, ni corto ni perezoso, le pregunto a su competidor si aquel era el ritmo habitual, porque le parecía un poco rápido apra terminar la prueba en condiciones. El campeón no dudó y vio la forma perfecta de desfondar a aquel monstruo. Le dijo que no, que de hecho estaban rodando bastante lentos. ¿La respuesta de Zatopek? Acelerar. Pero nunca deceleró. No antes de cruzar la meta en primer lugar. Un grande.
De la que lo iba leyendo me venia a la cabeza aquello de lo que habla de ciento en viento el bueno de Iker Martin (un gran blogero, no os perdáis sus crónicas: http://blogs.deia.com/corrernoesdecobardes/) del archiconocido "método soviético".
El amigo Zatopek era de estos fenómenos que no entendían aquello de correr lento para correr lejos. El decía aquello de "correr lento ya sé", así que todos los días a machete . En su debut en maratón el por aquel entonces líder de la prueba apretó muchísimo para poner en aprietos al checo. Zatopek, ni corto ni perezoso, le pregunto a su competidor si aquel era el ritmo habitual, porque le parecía un poco rápido apra terminar la prueba en condiciones. El campeón no dudó y vio la forma perfecta de desfondar a aquel monstruo. Le dijo que no, que de hecho estaban rodando bastante lentos. ¿La respuesta de Zatopek? Acelerar. Pero nunca deceleró. No antes de cruzar la meta en primer lugar. Un grande.
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